miércoles, 22 de febrero de 2012

la publicidad en los niños

LA PUBLICIDAD EN LOS NIÑOS
A los 18 meses los niños empiezan a reconocer los logotipos. A los 3 años, según los expertos, creen que las marcas les ayudan a expresar su identidad. Ésta y otras conclusiones aparecen en el libro Born to buy de Juliet B. Schor, publicado recientemente en Estados Unidos.
Cuanto más involucrado está un niño en la cultura de consumo, más probable es que sufra depresión, ansiedad u otros problemas emocionales o psicológicos, revela el libro. Y la cultura de consumo es más difícil de evitar para los niños hoy en día que nunca, especialmente con anunciantes que se dirigen directamente a ellos, una práctica que surgió al final de los 80.
Muchos de los niños a los que se dirigen todavía no han desarrollado la habilidad de resistirse al poder de persuasión de los anuncios. De hecho, varios estudios indican que los niños pequeños no distinguen entre la programación y la publicidad.
En su defensa, los anunciantes aseguran que sus anuncios impulsan la autoestima del niño presentando a otros niños que toman sus propias decisiones independientemente de sus padres. Además, éstos tienen el poder de decir “no” y limitar la exposición a la publicidad de su hijo.
Otra práctica común en Estados Unidos es la de que canales de televisión emitan programas y publicidad en las aulas a cambio de dejarles utilizar los monitores de vídeo y el equipo.
El libro incluye también una encuesta de 300 niños de entre 10 y 13 años, que muestra una correlación entre la implicación en la cultura de consumo y los problemas emocionales y psicológicos, aunque la autora no explica sus métodos suficientemente.


* otra inf. que encontre en otra pagina:
El dilema se agudiza cuando se trata del punto que hoy nos ocupa: la publicidad relacionada con niños y la responsabilidad ética de la influencia que en ellos ejerce.
En este problema cabe distinguir dos vertientes: la publicidad donde aparecen niños y la dirigida a ellos. Este último es precisamente el punto que nos interesa desarrollar.
En cuanto a aquella publicidad que utiliza niños para promocionar productos, conviene aclarar que ha sido objeto de regulación por parte de diferentes organismos del Estado a lo largo de distintos gobiernos. El propio Instituto Nacional del Menor ha creado un cuerpo de regulaciones que norman este aspecto. Esta normativa ha variado a lo largo del tiempo, desde la prohibición total y absurda de aparición de menores de 18 años en mensajes comerciales y publicaciones, hasta una regulación más flexible. En ésta se prevé que el mencionado instituto efectúe el estudio de cada caso en particular cuando involucre la inclusión de menores en actividades publicitarias. En otras ocasiones se ha limitado a prohibir la utilización de menores en mensajes que inviten al consumo de "productos nocivos para la salud y artículos innecesarios o suntuarios".
El peligro de legislar en términos demasiado amplios se traduce en una normativa que puede pecar de vaga, como en este último caso, o de dejar a la discreción del funcionario de turno la palabra final, con la consecuente e inevitable inconsistencia de una decisión a otra.
En casos extremos se dictamina en términos absolutos, con la consecuencia más grave aún del absurdo que significa, por ejemplo, la ausencia total de niños en un aspecto fundamental de la TV, como lo es la publicidad, sobre todo en un país cuya población es, en su mayoría muy joven. ¿Cómo se justifica que no estén representados los niños en un núcleo familiar, por ejemplo, si fuera el caso de un comercial que promociona un club vacacional de carácter familiar o un alimento para toda la familia, como las galletas tipo "Kraker Bran" ?, o ¿Cómo se promocionarían pañales, cereales infantiles, juguetes, etc., sin que algún niño aparezca en la pieza publicitaria?, ¿Qué recursos utilizarían anunciantes como Chicco, Gerber o Heinz?

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